Varios factores pueden generar la necesidad de importar alimentos ganaderos para suplementar aquellos suministrados por los pastos propios de una granja:
• Un desequilibrio entre la cabaña ganadera y la disponibilidad de pastos: este desequilibrio no debe existir o debe minimizarse en granjas gestionadas según el modelo agroecológico. En el caso concreto del caserío Vista Alegre, sigue habiendo un desequilibrio de este tipo. Ante este hecho hay tres posibles caminos: reducir la cabaña ganadera, aumentar la cantidad de hectáreas gestionados (la extrema dificultad de acceder a tierra agraria, en este caso, a tierra de pastos, influye enormemente en la posibilidad de equilibrar cargas ganaderas y tierra) o seguir importando suplementos, pero minimizando los impactos negativos de esa acción.
• La indisponibilidad de tierras para cultivar forrajes: hay que subrayar que hay granjas de vacas lecheras en Euskal Herria que producen una parte de estos suplementos en sus propias tierras; maíz, guisantes o habas forrajeras, o cebada, por ejemplo. No obstante, en el caso concreto del caserío Vista Alegre apenas hay tierras cultivables, bien sea por el clima (las lluvias, por ejemplo son un factor muy limitante al obstaculizar el empleo de la maquinaría de cultivo) o por la geomorfología (la mayor parte de las tierras está en pendiente) por ejemplo, por lo que el cultivo de forrajes no es una opción que encaja en un modelo agroecológico, desde el punto de vista de factores físicos principalmente.
• Como consecuencia de lo anterior (e incluso a pesar de lo anterior) pueden haber insuficiencias de determinados elementos de la nutrición. Concretamente, la búsqueda de altos rendimientos de producción de leche tiene altos requerimientos de energía y proteína. Considerando que las vacas pueden comer solamente una cantidad determinada cada día, los forrajes solos no pueden suministrar la cantidad requerida de energía y proteína, por lo que se añaden concentrados a la ración de la vaca lechera, en cuantía creciente según la cuantía de leche que se quiere producir.
No obstante, la búsqueda aislada de la máxima producción de leche no es compatible con el modelo agroecológico (que, como se ha dicho, busca combinar la consecución de diferentes objetivos, como la calidad de la leche, el equilibrio entre la actividad ganadera y el medio ambiente para que la ganadería sea duradera, etc) por lo que no se basa la alimentación ganadera en los suplementos principalmente, sino que se procura minimizar éstos y maximizar el empleo de los forrajes locales. En este contexto se asume que el sistema de alimentación ganadera basada fundamentalmente en el empleo de forrajes (pastoreo o forrajes cosechados de los propios prados) dará un menor rendimiento de producción de leche en términos de cuantía de litros (en cambio, tiene interés para la calidad de la leche, ver apartado 3.4). Cualquier suplemento tendría que compensar los nutrientes deficitarios del pasto: en la Cornisa Cantábrica estos suelen ser la energía, algo de proteína, el fósforo y el magnesio, principalmente.
Cornisa Cantárica
En el caso concreto del caserío Vista Alegre, hay una insuficiencia de aportación energética que, hasta 2011, se suplementaba con maíz forrajero, cebada y pulpa de remolacha traídos de otras Comunidades Autónomas del Estado español, de materia seca que cubre con alfalfa forrajera traída de otras Comunidades Autónomas del Estado y se suplementaba la proteína con una pequeña porción de soja traída de otro continente. El objetivo planteado en 2011 era minimizar el empleo de concentrados, eliminar el empleo de la soja y centrarse en forrajes identificando fuentes de producción ecológica del mismo. (Evidentemente, se plantea también, como se ha comentado arriba, bien reducir el número de vacas o bien acceder a más hectáreas de pasto).
silo de maíz
pulpa de remolacha azucacera
concentrado (cebada y soja)
• Factores como anomalías climáticas esporádicas que hagan necesario el empleo de suplementos.
Hay en la actualidad un debate acerca de la relación entre soberanía alimentaria y autarquía, siendo opinión mayoritaria que no tiene por que haber autarquía para alcanzar la soberanía alimentaría, sino que, en el caso de los suplementos en la alimentación ganadera, por ejemplo, hay que establecer claros límites al grado de dependencia en alimentos importados a las granjas y el modelo en el que éstos hayan sido cultivados.
Se emplean distintos grupos de suplementos en la alimentación de las vacas de leche. Los principales son concentrados de un tipo u otro. Suelen ser alimentos bajos de fibras, altos en energía, con una alta palatabilidad y que se comen rápidamente. No obstante, no estimulen la rumia y normalmente fermentan más rápidamente que los forrajes en el rumen. Aumentan así la acidez (reducen el pH) del rumen lo cual puede interferir con la fermentación normal de la fibra. Este es uno de los motivos por los cuales el empleo de grandes cuantías de suplemento del forraje en forma de concentrados no encaja en el modelo de producción agroecológico: cuando los concentrados forman más del 60-70% (o incluso menos) de la ración diaria de alimento de las vacas lecheras puede provocar problemas de salud. Otro motivo tiene que ver con el hecho de incluir demasiado grano de cereal en concreto como suplemento, ya que se reduce la masticación (rumia), interfiriendo también con la función del rumen y reduciendo el porcentaje de grasa en la leche.
Los concentrados incluyen granos de cereal, harina de gluten de maíz, subproductos de cervecería y destilería, raíces y tubérculos, subproductos de la industria azucarera, semillas de leguminosas e, históricamente, proteínas de origen animal.
Los cereales, (gramíneas) por lo general contienen:
* muchos hidratos de carbono, del 58 al 72% en promedio, como el almidón (aporte energético) * del 8 al 13% de proteína: una cuantía pobre * del 2 al 5% de lípidos * sales minerales * del 2 al 11% de fibras * vitaminas del complejo B fundamentalmente
Ejemplos de valores nutricionales de dos cereales empleados históricamente en suplementos en el caserío Vista Alegre (por 100 gramos):
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Maíz
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Cebada |
Energía (kJ) |
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1498.0 |
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1430.0 |
Proteínas (g) |
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9.0 |
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11.0 |
Lípidos (g) |
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3.8
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2.1 |
Glúcidos (g) |
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71.0 |
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72.0 |
Calcio (mg) |
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15.0 |
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38.0 |
Hierro (mg) |
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1.5 |
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2.8 |
Potasio (mg) |
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330.0
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444.0 |
Magnesio (mg) |
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120.0
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119.0 |
Vitaminas |
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• B1 (mg) |
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0.36 |
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0.43 |
• B2 (mg) |
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0.20
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0.18 |
• B3 (mg) |
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1.50
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4.80 |
• B6 (mg) |
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0.40
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0.56 |
• B9 (mg) |
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0.026 |
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0.065 |
• E (mg)
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2.00
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0.67 |
Maíz
Cebada
El cultivo de maíz transgénico (MON810) en el Estado español está dificultando la posibilidad de obtener maíz forrajero ecológico debido, fundamentalmente, a la contaminación de los maizales ecológicos por los transgénicos. Por estos motivos se renuncia el empleo de maíz forrajero en la alimentación de las vacas del caserío Vista Alegre, al menos hasta no garantizar fuentes libres de transgénicos.
En todo caso, a nivel mundial, el 37% de la producción de cereales se destina a los animales de granja, en unos momentos en que pasan hambre más de 1000 millones de personas, dato a tener en cuenta para la consideración de cada modelo de alimentación ganadera como sostenible, ético o social.
De los otros suplementos, hasta 2011 se emplea en el caserío Vista Alegre la pulpa de remolacha, un residuo de la industria azucarera, que aporta energía.
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